India: oportunidades para niños a través del deporte
En el noreste de la India plagado de crisis, el deporte reúne a los niños cuyas familias han sido hostiles entre sí durante décadas.
"Estoy orgullosa de mi hija", dice el padre de Hechin, "¡juega tan bien al fútbol!" Hechin tiene 14 años y ha estado pateando durante dos años. Juegan aquí en equipos mixtos: niñas y niños, musulmanes, hindúes, cristianos e hijos de religiones tradicionales, personas nuevas y establecidas y nuevas. Hechin ama particularmente el "círculo": "Después del entrenamiento, nos sentamos en un círculo y hablamos: cómo nos sentimos cuando alguien no renunció a la pelota a tiempo o un pase ha ido al lado. Nos disculpamos cuando alguien está enojado. Y luego todo está bien. ¡Somos un equipo!"
¡Su apoyo a niños fuertes!"Estamos hablando. Y luego todo está bien".
Esto no es un asunto de curso en el noreste de la India: los conflictos entre los grupos estatales y étnicos, entre religiones, entre inmigrantes y locales han estado ardiendo durante décadas. Miles de familias han perdido familiares en las peleas. La desconfianza y el miedo dan forma a los barrios. Todos pierden: la economía se estanca, las personas son amargamente bajas. Los niños y los adolescentes tienen pocas posibilidades. Las escuelas están mal equipadas, hay una falta de libros y maestros, habitaciones y baños. Muchos rompen la escuela a la edad de 12 o 13 años y buscan trabajo.
"Nos disculpamos cuando alguien está enojado. Y luego todo está bien. ¡Somos un equipo!"

Los socios del proyecto Terre des Hommes de ANT, Action Northeast Trust, ahora ofrecen mejores perspectivas: 48 escuelas ofrecen capacitación docente para que las clases sean más atractivas y adaptadas a los niños. Las bibliotecas escolares fomentan la lectura. La orientación profesional ofrece orientación a los jóvenes. Y se ha establecido un programa deportivo: 25 equipos de 20 niños cada uno juegan al fútbol o al frisbee. ANT está capacitando a 200 niñas para convertirse en entrenadoras. Hechin es una de ellas. Pronto, entrenará a un equipo de niñas más pequeñas. "Antes, solo los niños podían jugar al fútbol. ¡Ahora las niñas también participamos!", dice, y añade: "¡El deporte nos fortalece, a todas juntas!". Durante su formación, Hechin aprende no solo las reglas del juego, sino también a hablar en público, motivar a los demás y resolver conflictos. Su madre está convencida de que el fútbol es algo maravilloso: "Los niños ya no se quedan holgazaneando. Llegan de la escuela, comen algo y se van a entrenar. ¡Ahora tienen un objetivo!".